El fin de la bonanza petrolera marcada por la estrepitosa caída del precio del crudo de exportación desde mediados de 2008 fue la antesala de una crisis anunciada para los estados y municipios en México. La principal fuente de ingresos del sector público se vino abajo súbitamente y con esta también los recursos extraordinarios a los que se habían mal acostumbrado los gobiernos locales. Los primeros municipios que han detenido sus operaciones se erigen como la punta del iceberg de un problema mayúsculo de las finanzas públicas municipales en el que—de acuerdo a declaraciones del Presidente de la Asociación de Municipios de México—, la totalidad de ayuntamientos en México enfrentan una contracción de liquidez severa que les impide continuar con la provisión normal de los servicios básicos como recolección de basura o seguridad pública.
Los gobiernos locales no tienen recursos para cubrir sus necesidades básicas y se infiere que tampoco pueden hacer frente a los compromisos con proveedores de materiales y servicios, en tercer término quedarán sus acreedores. Para darnos una idea de la magnitud del problema examinemos en este último caso como ha evolucionado el endeudamiento de los municipios en México en los últimos años. En base a datos de Finanzas Públicas del INEGI la gráfica siguiente muestra el servicio de la deuda (intereses más amortizaciones) como proporción de las participaciones federales recibidas anualmente desde 1989.
Se observa que en la situación actual (a diferencia de la que prevalecía en la crisis del Tequila en 1994 y 1995), los pagos por servicio de la deuda representaron en 2007 alrededor de 17% de los ingresos por participaciones federales, esto contra un 10.6% registrado en esa crisis. Este dato es importante ya que nos indica que el servicio de la deuda en los últimos once años se ha incrementado significativamente. De hecho si se compara con el año 2001 cuando esta proporción fue de solo 6.6% podemos darnos cuenta de lo pronunciado de esta tendencia.
Pero resulta más ilustrativo examinar la composición de este endeudamiento. La gráfica siguiente muestra muy claramente que el endeudamiento municipal desde hace dos décadas puede separarse en dos etapas. La primera que va de 1989 a 1997 donde el acreedor principal era el Gobierno Federal (al garantizar también los compromisos financieros adquiridos por los gobiernos locales) y, una segunda etapa que va desde 1998 hasta la fecha (2007) donde, con el término del esquema de mandato y el surgimiento de las agencias calificadoras se incentiva a los gobiernos locales a cubrir sus requerimientos financieros adicionales con créditos bancarios (banca comercial y banca de desarrollo). De acuerdo a los datos de la Secretaría de Hacienda, el endeudamiento municipal a marzo del 2009 ascendió a $22,942 millones de pesos (mdp), nivel muy por arriba del endeudamiento observado en la crisis de 1995, cuando de acuerdo al INEGI este apenas osciló alrededor de los $1,500 mdp. De este total en 2009, 46% corresponde a la Banca de Desarrollo y 51% a la banca comercial (el resto son emisiones bursátiles o fideicomisos).
En el año 2007 los créditos bancarios representaron 71% del financiamiento otorgado a municipios. Si los datos entre Hacienda y el INEGI son consistentes, esto quiere decir que para el 2009 la participación de la banca comercial ha reducido su importancia relativa y que la banca de desarrollo fue mas agresiva en la colocación de créditos durante todo el 2008.
La estabilidad de las finanzas públicas municipales y estatales está finalmente en la encrucijada mas seria de la que se tenga memoria, incluso mayor a la de 1995. La presión financiera y la vulnerabilidad actual de los municipios también pone a prueba el sistema fiscal y financiero en México diseñado a inicios de esta década. Tal esquema fue pensado entre otras cosas para evitar rescates financieros como los observados a finales de los 90's. Hoy la realidad se impone y sugiere que este esquema fiscal federalista no soportó el peso de la crisis, los municipios están paralizados o a punto de estarlo por lo que [no es arriesgado sugerirlo] empezarán a fluir pronto recursos hacia los gobiernos locales.
Fuentes: INEGI, Estadística de Finanzas Públicas Estatales y Municipales.
SHCP, Deuda Pública de Entidades Federativas y Municipios.
Periódico El Universal, "Alcaldías de todo el país, en quiebra"
Los gobiernos locales no tienen recursos para cubrir sus necesidades básicas y se infiere que tampoco pueden hacer frente a los compromisos con proveedores de materiales y servicios, en tercer término quedarán sus acreedores. Para darnos una idea de la magnitud del problema examinemos en este último caso como ha evolucionado el endeudamiento de los municipios en México en los últimos años. En base a datos de Finanzas Públicas del INEGI la gráfica siguiente muestra el servicio de la deuda (intereses más amortizaciones) como proporción de las participaciones federales recibidas anualmente desde 1989.
Se observa que en la situación actual (a diferencia de la que prevalecía en la crisis del Tequila en 1994 y 1995), los pagos por servicio de la deuda representaron en 2007 alrededor de 17% de los ingresos por participaciones federales, esto contra un 10.6% registrado en esa crisis. Este dato es importante ya que nos indica que el servicio de la deuda en los últimos once años se ha incrementado significativamente. De hecho si se compara con el año 2001 cuando esta proporción fue de solo 6.6% podemos darnos cuenta de lo pronunciado de esta tendencia.
Pero resulta más ilustrativo examinar la composición de este endeudamiento. La gráfica siguiente muestra muy claramente que el endeudamiento municipal desde hace dos décadas puede separarse en dos etapas. La primera que va de 1989 a 1997 donde el acreedor principal era el Gobierno Federal (al garantizar también los compromisos financieros adquiridos por los gobiernos locales) y, una segunda etapa que va desde 1998 hasta la fecha (2007) donde, con el término del esquema de mandato y el surgimiento de las agencias calificadoras se incentiva a los gobiernos locales a cubrir sus requerimientos financieros adicionales con créditos bancarios (banca comercial y banca de desarrollo). De acuerdo a los datos de la Secretaría de Hacienda, el endeudamiento municipal a marzo del 2009 ascendió a $22,942 millones de pesos (mdp), nivel muy por arriba del endeudamiento observado en la crisis de 1995, cuando de acuerdo al INEGI este apenas osciló alrededor de los $1,500 mdp. De este total en 2009, 46% corresponde a la Banca de Desarrollo y 51% a la banca comercial (el resto son emisiones bursátiles o fideicomisos).
En el año 2007 los créditos bancarios representaron 71% del financiamiento otorgado a municipios. Si los datos entre Hacienda y el INEGI son consistentes, esto quiere decir que para el 2009 la participación de la banca comercial ha reducido su importancia relativa y que la banca de desarrollo fue mas agresiva en la colocación de créditos durante todo el 2008.
La estabilidad de las finanzas públicas municipales y estatales está finalmente en la encrucijada mas seria de la que se tenga memoria, incluso mayor a la de 1995. La presión financiera y la vulnerabilidad actual de los municipios también pone a prueba el sistema fiscal y financiero en México diseñado a inicios de esta década. Tal esquema fue pensado entre otras cosas para evitar rescates financieros como los observados a finales de los 90's. Hoy la realidad se impone y sugiere que este esquema fiscal federalista no soportó el peso de la crisis, los municipios están paralizados o a punto de estarlo por lo que [no es arriesgado sugerirlo] empezarán a fluir pronto recursos hacia los gobiernos locales.
Fuentes: INEGI, Estadística de Finanzas Públicas Estatales y Municipales.
SHCP, Deuda Pública de Entidades Federativas y Municipios.
Periódico El Universal, "Alcaldías de todo el país, en quiebra"
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