Pero ¿cuáles son las alternativas a la deuda que tiene el gobierno federal para financiar el gasto público y enfrentar un entorno fiscal que en el mejor de los casos se antoja complicado para el resto del año y en particular para el 2010?. Una opción que se ha ventilando desde el inicio de la crisis es el incremento del precio de la gasolina; sin embargo esta medida resulta poco popular debido al impacto directo sobre el bolsillo de los consumidores y sobre diferentes sectores, particularmente el automotriz--sobre el cual ha recaído fuertemente el peso de la crisis.
Entre las alternativas al incremento en el precio de las gasolinas se encuentran medidas igualmente impopulares como la creación de impuestos, o bien, el incremento de los impuestos ya existentes. De los diferentes impuestos que cobra el gobierno a nivel federal (ISR, IETU, IVA, IEPS, etc) el IVA se ha propuesto como el tributo que puede generar recursos de forma más rápida, segura y 'eficiente' debido a que por sus características impacta una base mucho más amplia y resulta más complicado evadir (a diferencia de aquellos que gravan el ingreso).
La gráfica 2 muestra los ingresos petroleros y por IVA del gobierno federal. Esta gráfica confirma que los ingresos petroleros han sido históricamente la fuente más importante de obtención de recursos del gobierno federal, la cual no obstante ha sufrido un descalabro muy significativo en lo que va de este año debido a la caída de sus precios.
La difícil situación fiscal y las perspectivas aún inciertas sobre el comportamiento del precio del petróleo parecen fortalecer la posición gubernamental que busca incrementar el IVA en aquellos bienes que exhiben una demanda inelástica (es decir, aquellos cuya demanda no disminuye drásticamente ante incrementos en su precio), siendo efectivamente los alimentos y las medicinas las opciones que tiene hacienda en la mira.
La propuesta de gravar los alimentos y las medicinas no es nueva y para la entrada de la nueva legislatura este será sin duda el principal tema en la agenda política y económica de México. Sin embargo, cabe preguntarse desde ahora acerca de los impactos adversos que puede generar el incremento de estos impuestos. Algunos organismos como el Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) (ver aquí) han planteado ya la posibilidad de “encapsular” los posibles efectos negativos de un IVA en medicinas y alimentos. Pero ¿cuál podría ser la magnitud del efecto sobre los ingresos de la población?, ¿se verían alterados por ejemplo los niveles de pobreza?, ¿qué pasa si lo que se cobra a los pobres se les regresa como subsidio? Esta y otras interrogantes serán abordadas en nuestras próximas contribuciones.
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