Como probablemente ya sabemos (ha aparecido en prácticamente todos los medios) los Secretarios de Hacienda y de Desarrollo Social cuestionaron las declaraciones emitidas por el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz. La polémica se desató cuando Stiglitz declaró que México "es una fuente de preocupación" criticando el papel de las autoridades en materia económica para enfrentar la crisis (ver acá).
Inmediatamente los secretarios contestaron indicando a su vez que a Stiglitz le hacía falta información y conocer mejor al país. Sin tomar partido por ninguno de los dos bandos, cabe destacar algunas reflexiones en relación a este tema y para ello cito algunas ideas del Dr. Fausto Hernández Trillo en el pasado encuentro de Economía realizado en la UPAEP. En su charla, Fausto indicó que aún con la idea de generar certidumbre en relación a la economía del país, no era posible que Carsterns declarara en febrero que las consecuencias para México serían un "catarrito" sobretodo considerando la evidencia empírica de cuatro variables económicas: 1) PIB, 2) Spread en tasas de interés; 3) índice de confianza del consumidor; 4) tasa de desempleo. Adicionalmente, se podrían considerar indicadores del sector de la construcción que es el más suceptible a las crisis.
Estas variables comenzaron a presentar una tendencia negativa preocupante con claridad a inicios de 2008, por lo cual es difícil sostener la idea de que la crisis para México se dió con la bancarrota de Lehman Brothers. En particular, la stuación para los EU ya pintaba mal y por ello sorprende que las autoridades mexicanas no anticiparan la debacle. Parte del problema parece que radica en un desconocimiento de la economía de EU, cuestión que no ocurre con el conocimiento que generan en EU sobre nuestra economía.
Ahora bien, es cierto que a México le toca enfrentar el efecto mixto de una caída en los precios del petróleo, la llegada del brote de influenza y la disminución en la capacidad productiva del crudo. Sin embargo en lo relacionado al petróleo, esta situación ya se preveía con antelación (Ver acá los reportes de PEMEX). Para el caso de la influenza, lo que pudimos observar es la carencia de políticas públicas de mediano plazo en materia epidemiológica que pudieron haber atemperado los efectos negativos.
Tanto el deterioro económico (las cuatro variables antes mencionadas) así como las condiciones sobre el petróleo se vieron reflejadas en parte en los resultados sobre pobreza a partir de la ENIGH 2008. Ahora bien, muchas personas se han preguntado en torno a la situación dos cosas: 1) ¿Por qué México es el país de Latinoamerica en el cual se genera el mayor impacto negativo?; 2) ¿Por qué cuando las cosas están tan mal es imprescindible aumentar impuesto?.
Una respuesta concreta se puede resumir en lo siguiente: a) México no cuenta con un sistema adecuado de planeación y ejecución de inversiones para activarse en momentos de crisis. Basta recordar el tema de la refinería en Guanajuato; b) No existen safety nets, es decir programas de gasto social emergentes que permitan proteger a las personas más suceptibles de perder el acceso a la salud, pensiones, etc. Cobra importancia en esta discusión la idea del seguro de desempleo. c) La capacidad tributaria del país reside en impuestos generalizados a bienes inelásticos (gasolinas, cerveza, cigarros, etc) y a una base relativamente pequeña de contribuyentes. Aunque siempre se anuncian las reformas fiscales de "gran calado" (what ever that means!) se termina con una reforma en la que se privilegia impuestos al consumo por encima de impuestos al ingreso (incluso cuando el PRI tenía mayoría absoluta en el Congreso). d) Desde la óptica del ciudadano, no existen incentivos para pagar impuestos debido a que no hay ninguna seguridad de que este pago represente una mejora en el bienestar mediante la dotación de servicios públicos. A diferencia de los países desarrollados, en México una persona que puede eludir impuesto no se considera un criminal sino una persona que "es capaz de aprovechar en mejor forma sus recursos".
La situación económica de México no es nada halagüeña. Lo que se debió haber hecho en materia de facilitar condiciones para la inversión y la creación de redes de protección, no se hizo. Lo que resta es esperar a que la recuperación en EU sea lo más rápida posible.
Inmediatamente los secretarios contestaron indicando a su vez que a Stiglitz le hacía falta información y conocer mejor al país. Sin tomar partido por ninguno de los dos bandos, cabe destacar algunas reflexiones en relación a este tema y para ello cito algunas ideas del Dr. Fausto Hernández Trillo en el pasado encuentro de Economía realizado en la UPAEP. En su charla, Fausto indicó que aún con la idea de generar certidumbre en relación a la economía del país, no era posible que Carsterns declarara en febrero que las consecuencias para México serían un "catarrito" sobretodo considerando la evidencia empírica de cuatro variables económicas: 1) PIB, 2) Spread en tasas de interés; 3) índice de confianza del consumidor; 4) tasa de desempleo. Adicionalmente, se podrían considerar indicadores del sector de la construcción que es el más suceptible a las crisis.
Estas variables comenzaron a presentar una tendencia negativa preocupante con claridad a inicios de 2008, por lo cual es difícil sostener la idea de que la crisis para México se dió con la bancarrota de Lehman Brothers. En particular, la stuación para los EU ya pintaba mal y por ello sorprende que las autoridades mexicanas no anticiparan la debacle. Parte del problema parece que radica en un desconocimiento de la economía de EU, cuestión que no ocurre con el conocimiento que generan en EU sobre nuestra economía.
Ahora bien, es cierto que a México le toca enfrentar el efecto mixto de una caída en los precios del petróleo, la llegada del brote de influenza y la disminución en la capacidad productiva del crudo. Sin embargo en lo relacionado al petróleo, esta situación ya se preveía con antelación (Ver acá los reportes de PEMEX). Para el caso de la influenza, lo que pudimos observar es la carencia de políticas públicas de mediano plazo en materia epidemiológica que pudieron haber atemperado los efectos negativos.
Tanto el deterioro económico (las cuatro variables antes mencionadas) así como las condiciones sobre el petróleo se vieron reflejadas en parte en los resultados sobre pobreza a partir de la ENIGH 2008. Ahora bien, muchas personas se han preguntado en torno a la situación dos cosas: 1) ¿Por qué México es el país de Latinoamerica en el cual se genera el mayor impacto negativo?; 2) ¿Por qué cuando las cosas están tan mal es imprescindible aumentar impuesto?.
Una respuesta concreta se puede resumir en lo siguiente: a) México no cuenta con un sistema adecuado de planeación y ejecución de inversiones para activarse en momentos de crisis. Basta recordar el tema de la refinería en Guanajuato; b) No existen safety nets, es decir programas de gasto social emergentes que permitan proteger a las personas más suceptibles de perder el acceso a la salud, pensiones, etc. Cobra importancia en esta discusión la idea del seguro de desempleo. c) La capacidad tributaria del país reside en impuestos generalizados a bienes inelásticos (gasolinas, cerveza, cigarros, etc) y a una base relativamente pequeña de contribuyentes. Aunque siempre se anuncian las reformas fiscales de "gran calado" (what ever that means!) se termina con una reforma en la que se privilegia impuestos al consumo por encima de impuestos al ingreso (incluso cuando el PRI tenía mayoría absoluta en el Congreso). d) Desde la óptica del ciudadano, no existen incentivos para pagar impuestos debido a que no hay ninguna seguridad de que este pago represente una mejora en el bienestar mediante la dotación de servicios públicos. A diferencia de los países desarrollados, en México una persona que puede eludir impuesto no se considera un criminal sino una persona que "es capaz de aprovechar en mejor forma sus recursos".
La situación económica de México no es nada halagüeña. Lo que se debió haber hecho en materia de facilitar condiciones para la inversión y la creación de redes de protección, no se hizo. Lo que resta es esperar a que la recuperación en EU sea lo más rápida posible.
Comentarios
No sólo Stiglitz critíca esta falta de sensatez: Robert Engle, Edmund Phelp, Erick Maskin y Edward Prescott, todos premios nobel, también lo hacen.
Pero la opinión de los nobel está dividida: Akerlof está a favor del alza de impuestos y Paul Krugman dice que si no hay demanda de crédito, el déficit fiscal ocupará el exceso de ahorro... Entonces no creo que sea necesario que Stiglitz se tome el tiempo de conocer mejor al país, lo que necesitamos es que los señores secretarios tomen dosis altas de sentido común, o qué?, la aletargada mejoría de la economía gringa no les dice nada? el incremento en el desempleo en Europa no les dice nada? la pérdida de inversiones en América del Sur no les dice nada? ¿Habrá algo que entiendan estos señores?
A mi queda claro que no se necesita ser premio nobel para notar que las medidas económicas en México no están teniendo el efecto esperado, y que el "catarrito" va que vuela para convertirse en sinusitis... o influenza... en el caso de ambas enfermedades, la pérdida de la capacidad auditiva es un efecto colateral.
Veronica Avila
Xalapa, Ver.
La preocupación principal de las autoridades hacendarias en esta coyuntura, y también la de nuestros legisladores, es mantener el equilibrio financiero a toda costa (aumentando impuestos y reduciendo gastos, incluido el de inversión). Sin embargo, existe evidencia empírica reciente que sugiere un claro 'trade off' entre inversión y equilibrio financiero, es decir, cada vez que las autoridades hacendarias--incluidos los gobiernos estatales y municipales--deciden buscar el equilibrio, lo hacen a costa de un sacrificio evidente en el gasto de inversión. Esto es algo preocupante porque el sistema financiero, e incluso fiscal, esta diseñado para dar prioridad precisamente a mantener el equilibrio fiscal. Incluso las calificadoras pueden ponderar más un superávit que mayor gasto de inversión, y es en esta visión de las cosas donde reside el problema, ¿no te parece?