Tras los resultados que arroja el PREP de los diferentes estados donde hay elecciones, queda claro dos cosas: 1) Las alianzas en contra del PRI han rendido frutos; 2) Es imprescindible regular el funcionamiento de las casas encuestadoras.
En relación al tema de las alianzas, se observa que en los estados de Sinaloa, Puebla, Oaxaca estas agrupaciones políticas obtienen triunfos históricos, pues nunca había existido alternancia (el otro estado con esta característica es el estado de México). Paralelamente, se observa que en otros la votación final se cierra. En particular destacan Veracruz, donde la distancia entre los dos principales contendientes es de poco más de 73,000 votos (corte del 05/07/10 a las 08:07:05 ver acá para actualización) e Hidalgo, donde la diferencia entre el candidato ganador del PRI y la candidata de la alianza es de casi el 5% (441,571 votos vs 396,561, ver aquí última actualización el 05/07/2010 a las 05:48:09 am). Otro caso interesante es el de Durango, donde la alianza en contra del PRI obtiene el 44.7% mientras que el PRI el 46.4% (ver acá, última actualización el 06/07/2010 10:37).
El saldo final de la elección para algunos encuestadores como Mitofsky (ver acá), indica que el PRI obtiene 9 gubernaturas (con triunfos en estados donde era oposición como Zacatecas o Aguascalientes) mientras que la alianza en su contra le quita 3.
Si se observa con atención, esta situación ubicaría al PRI como la primera fuerza del país, sin embargo la lectura entre líneas es muy interesante. En primer lugar, habrá que tomar en cuenta un asunto importante: estas tres gubernaturas donde gana la alianza representan una parte importante del electorado nacional imprescindible para obtener la presidencia en el 2012. Por otro lado, existe un "efecto demostración" (palabras de Francisco Abundis, en Imagen Electoral del día de ayer, ver acá) donde se probó empíricamente que las alianzas funcionan y pueden derrotar al PRI. En el peor de las casos generan elecciones muy competidas. Finalmente, se plantea con bastante probabilidad una alianza para competir por la gubernatura del estado de México el próximo año.
Dejando un poco de lado el asunto de los ganadores y perdedores en esta elección cabe la pena preguntarse ¿por qué cambian de manera súbita los electores su voto en estados donde históricamente gobierna el PRI?.
Tomando como referencia el modelo canónico que explica la conducta de electores (Riker,1959; Black, 1958; Buchanan, 1954; Buchanan y Tullock, 1962), observaremos que se parte de la idea, de que los votantes tienen preferencias bien definidas en torno a un grupo de temas y por ende, el proceso de votación se define cuando los partidos políticos y sus candidatos, encuentran la plataforma de propuestas más cercana a ladel grupo mayoritario de votantes.
Dicho modelo explica con cierta exactitud la conducta en algunas elecciones principalmente en EU pero ha demostrado su falta de "realismo" en democracias multipartidistas o cuando existen demasiados temas en las plataformas de campaña. Dicho de otra forma: entre menos partidos existan en la competencia y más clara sea la propuesta de los candidatos es más probable que el modelo canónico explique la conducta de electores.
Una de las principales conclusiones de este modelo, es que en democracias desarrolladas, factores como el sexo, la raza, la posición socioeconómica y factores ideológicos (que tan de izquierda o de derecha es el votante) son fundamentales para explicar la formación de preferencias, así como el el resultado de una votación.
Sin embargo, en sociedades como la mexicana resulta bastante complicado defender esta idea por la siguiente razón: es bastante probable que las preferencias no esten bien definidas y mucho menos asociadas a factores ideológicos o socieconómicos.
Esto es posible sustentarlo, debido a las siguientes cuestiones: 1) El nivel educativo en la mayor parte de la población es de primaria incompleta lo cual incide en la capacidad para procesar la información en cuanto a las plataformas de campaña y facilita la manipulación de votos; 2) las personas en México, en su mayoría, no encuentran diferencia entre izquierda y derecha; 3) no existe evidencia de un voto de clase (PE: que los obreros prefieran a partidos de izquierda o que los empresarios solo voten por partidos de derecha).
Si lo anterior es cierto, ¿cuál podría ser el principal criterio para entender la formación de preferencias de un votante en México?.
La evidencia empírica (Castañeda e Ibarra, 2010) demuestra que los eventos mediáticos en México (escándalos, debates, declaraciones,etc) , son un criterio que se emplea frecuentemente para definir el voto ciudadano. Por otro lado Baker (2006) ha probado con datos de México, que resulta importante la influencia de redes discusión, es decir, la interacción con otros votantes (padres, amigos, compañeros de trabajo, vecinos). De forma más preocupante, (Díaz-Cayeros,Estévez y Magaloni, 2007) indican que la compra de votos es uno de los principales determinantes del voto en México.
Lo que es interesante de las últimas elecciones en México (2006, 2009 y 2010) es que comienza a reflejarse una premisa del modelo canónico: cuando el partido en el poder no genera un nivel de bienestar para la mayoría de los votantes, esta mayoría decide cambiar el status quo y votar por la oposción. Ejemplos de lo anterior son los estados de Zacatecas y Aguascalientes donde alternan los gobiernos.
Retomando los argumentos empíricos que explicación las motivaciones de los votantes en México, es necesario plantear una última pregunta: ¿es imprescindible regular la forma en que se presentan las encuestas encuestas de opinión antes y durante los procesos electorales?.
Utilizando un trabajo teoríco de Callander (2006) se puede argumentar que en una elección existe un "efecto vagón", en el cual los voatantes buscan estar con la opción que la mayoría considera ganadora (subirse al vagón). Por lo tanto, la simple percepción de que un candidato resultará ganador, es suficiente para que se defina una elección a favor de este candidato (una especie de expectativa autocumplida). Este trabajo permite sostener la idea de que es necesario regular el trabajo de las casas encuestadoras en aras de evitar la formación de expectativas erroneas en los votantes. De no hacerlo es posible que existan condiciones de inequidad en procesos futuros.
En relación al tema de las alianzas, se observa que en los estados de Sinaloa, Puebla, Oaxaca estas agrupaciones políticas obtienen triunfos históricos, pues nunca había existido alternancia (el otro estado con esta característica es el estado de México). Paralelamente, se observa que en otros la votación final se cierra. En particular destacan Veracruz, donde la distancia entre los dos principales contendientes es de poco más de 73,000 votos (corte del 05/07/10 a las 08:07:05 ver acá para actualización) e Hidalgo, donde la diferencia entre el candidato ganador del PRI y la candidata de la alianza es de casi el 5% (441,571 votos vs 396,561, ver aquí última actualización el 05/07/2010 a las 05:48:09 am). Otro caso interesante es el de Durango, donde la alianza en contra del PRI obtiene el 44.7% mientras que el PRI el 46.4% (ver acá, última actualización el 06/07/2010 10:37).
El saldo final de la elección para algunos encuestadores como Mitofsky (ver acá), indica que el PRI obtiene 9 gubernaturas (con triunfos en estados donde era oposición como Zacatecas o Aguascalientes) mientras que la alianza en su contra le quita 3.
Si se observa con atención, esta situación ubicaría al PRI como la primera fuerza del país, sin embargo la lectura entre líneas es muy interesante. En primer lugar, habrá que tomar en cuenta un asunto importante: estas tres gubernaturas donde gana la alianza representan una parte importante del electorado nacional imprescindible para obtener la presidencia en el 2012. Por otro lado, existe un "efecto demostración" (palabras de Francisco Abundis, en Imagen Electoral del día de ayer, ver acá) donde se probó empíricamente que las alianzas funcionan y pueden derrotar al PRI. En el peor de las casos generan elecciones muy competidas. Finalmente, se plantea con bastante probabilidad una alianza para competir por la gubernatura del estado de México el próximo año.
Dejando un poco de lado el asunto de los ganadores y perdedores en esta elección cabe la pena preguntarse ¿por qué cambian de manera súbita los electores su voto en estados donde históricamente gobierna el PRI?.
Tomando como referencia el modelo canónico que explica la conducta de electores (Riker,1959; Black, 1958; Buchanan, 1954; Buchanan y Tullock, 1962), observaremos que se parte de la idea, de que los votantes tienen preferencias bien definidas en torno a un grupo de temas y por ende, el proceso de votación se define cuando los partidos políticos y sus candidatos, encuentran la plataforma de propuestas más cercana a ladel grupo mayoritario de votantes.
Dicho modelo explica con cierta exactitud la conducta en algunas elecciones principalmente en EU pero ha demostrado su falta de "realismo" en democracias multipartidistas o cuando existen demasiados temas en las plataformas de campaña. Dicho de otra forma: entre menos partidos existan en la competencia y más clara sea la propuesta de los candidatos es más probable que el modelo canónico explique la conducta de electores.
Una de las principales conclusiones de este modelo, es que en democracias desarrolladas, factores como el sexo, la raza, la posición socioeconómica y factores ideológicos (que tan de izquierda o de derecha es el votante) son fundamentales para explicar la formación de preferencias, así como el el resultado de una votación.
Sin embargo, en sociedades como la mexicana resulta bastante complicado defender esta idea por la siguiente razón: es bastante probable que las preferencias no esten bien definidas y mucho menos asociadas a factores ideológicos o socieconómicos.
Esto es posible sustentarlo, debido a las siguientes cuestiones: 1) El nivel educativo en la mayor parte de la población es de primaria incompleta lo cual incide en la capacidad para procesar la información en cuanto a las plataformas de campaña y facilita la manipulación de votos; 2) las personas en México, en su mayoría, no encuentran diferencia entre izquierda y derecha; 3) no existe evidencia de un voto de clase (PE: que los obreros prefieran a partidos de izquierda o que los empresarios solo voten por partidos de derecha).
Si lo anterior es cierto, ¿cuál podría ser el principal criterio para entender la formación de preferencias de un votante en México?.
La evidencia empírica (Castañeda e Ibarra, 2010) demuestra que los eventos mediáticos en México (escándalos, debates, declaraciones,etc) , son un criterio que se emplea frecuentemente para definir el voto ciudadano. Por otro lado Baker (2006) ha probado con datos de México, que resulta importante la influencia de redes discusión, es decir, la interacción con otros votantes (padres, amigos, compañeros de trabajo, vecinos). De forma más preocupante, (Díaz-Cayeros,Estévez y Magaloni, 2007) indican que la compra de votos es uno de los principales determinantes del voto en México.
Lo que es interesante de las últimas elecciones en México (2006, 2009 y 2010) es que comienza a reflejarse una premisa del modelo canónico: cuando el partido en el poder no genera un nivel de bienestar para la mayoría de los votantes, esta mayoría decide cambiar el status quo y votar por la oposción. Ejemplos de lo anterior son los estados de Zacatecas y Aguascalientes donde alternan los gobiernos.
Retomando los argumentos empíricos que explicación las motivaciones de los votantes en México, es necesario plantear una última pregunta: ¿es imprescindible regular la forma en que se presentan las encuestas encuestas de opinión antes y durante los procesos electorales?.
Utilizando un trabajo teoríco de Callander (2006) se puede argumentar que en una elección existe un "efecto vagón", en el cual los voatantes buscan estar con la opción que la mayoría considera ganadora (subirse al vagón). Por lo tanto, la simple percepción de que un candidato resultará ganador, es suficiente para que se defina una elección a favor de este candidato (una especie de expectativa autocumplida). Este trabajo permite sostener la idea de que es necesario regular el trabajo de las casas encuestadoras en aras de evitar la formación de expectativas erroneas en los votantes. De no hacerlo es posible que existan condiciones de inequidad en procesos futuros.
Comentarios
Otro estado donde tampoco se ha logrado la alternancia es Tabasco.
En México me parece importante considerar las estructuras partidistas y la capacidad de movilización de estas, como una variable que inclina la balanza electoral hacia un instituto político u otro.
Otro factor a considerar, es el abstencionismo; que permite a los partidos utilizar técnicas como la "operación hormiga" "el carrusel" "embarazo de las urnas" "operación tamal" (las denominaciones dependerán de la región del país), que de manera ilegal, interfieren en el resultado de una elección.
Saludos y seguimos pendientes del blog ;)
Nacho
Gracias por tus comentarios
Saludos