Por Karen Watkins Fassler
Investigadora, CIIE-UPAEP y IESDE School of Management
karen.watkins@upaep.mx
Investigadora, CIIE-UPAEP y IESDE School of Management
karen.watkins@upaep.mx
Los incentivos son mecanismos para fomentar el esfuerzo, la motivación intrínseca y el éxito en las empresas. Existe evidencia que los esquemas más efectivos son aquellos que combinan incentivos monetarios y no financieros; no obstante, en México más del 70% de la motivación se basa en esquemas monetarios. Los incentivos financieros pueden impactar en el optimismo de los colaboradores, en sentimientos de inclusión, aprecio, pertenencia y compromiso con la empresa. Sin embargo, en cierto momento el trabajador puede concentrar sus esfuerzos en obtener más del incentivo y perder de vista el objetivo de rentabilidad a largo plazo de la empresa. Además, uno de los grandes problemas de estos mecanismos de compensación es que los colaboradores ganan cuando la empresa se desempeña bien, pero no son penalizados cuando el desempeño es pobre.
La evidencia para empresas familiares poblanas sugiere el potencial de algunos incentivos, distintos a los financieros, para motivar a los empresarios familiares. A través de este tipo de incentivos se pueden abordar aspectos psicológicos, logrando mayor productividad y disfrute por las actividades realizadas. Los incentivos no monetarios pueden incrementar la calidad de vida de los empresarios familiares y de quienes los rodean. Un estudio reciente realizado por el IESDE, en colaboración con el CIIE/UPAEP, reveló que los incentivos monetarios ofrecidos a los Directores Generales (miembros de las familias empresarias poblanas) no influyen significativamente en la rentabilidad de las empresas. En cambio, incentivos no monetarios tales como reconocimiento, apoyo y confianza sí repercuten positivamente sobre el rendimiento sobre los activos. La rentabilidad de las empresas familiares poblanas que adoptan estos estímulos no financieros supera en más de un punto porcentual la observada en las demás firmas familiares de Puebla. Además, se percibió que el grado de satisfacción del empresario familiar en cuanto a las relaciones que sostiene con su familia y amigos es clave para su bienestar personal y su desempeño en el cargo. Esto lleva a la conclusión que la estabilidad emocional del Director General familiar, así como los estímulos que favorezcan la misma, impactan directamente sobre los resultados corporativos.
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